El auge del grado de filosofía

A pesar de que la materia de filosofía está en declive en las aulas de secundaria españolas, las matriculaciones en la carrera llevan años en alza. El número de alumnos de las diferentes carreras de Filosofía ha crecido un 33% en el último lustro después de estar al borde de la absoluta desaparición.

Pero, ¿cuáles han sido los factores del auge del Grado de Filosofía?

Los dobles y triples grados, la búsqueda de una gestión más empática en las empresas, la necesidad de estándares éticos en un mundo de algoritmos, así como el auge de las series de ficción sobre temas filosóficos explican ese repunte.

La elección de una carrera universitaria cuenta con diversos factores. Estos son: el precio, la vocación, las salidas laborales y, ahora también, la influencia producida por las series de streaming. Así lo señalan diversos estudios de universidades, destacando la importancia del rol de programas y series los más jóvenes.

Programas y series

Las series han influenciado la decisión de estudio, por ejemplo, de la carrera de medicina. Como sabemos, hace varios años un personaje llamó mucho la atención del público español: el famoso Dr. House. Esta serie protagonizada por Hugh Laurie influyó a la Universidad de Zaragoza a realizar un estudio llamado “La decisión de estudiar Medicina” (2006). En los resultados, aseguraban que un 11% de los entrevistados contaban con condicionamientos externos a la hora de elegir la carrera. Luego vendría el auge de  “Merlí”, la serie catalana que saltó a la fama de la mano de Netflix. En ella, un profesor de filosofía comparte experiencias y aprendizajes con sus jóvenes estudiantes, que experimentan de manera empírica las enseñanzas de su mentor. Fue tanto el boom de “Merlí”, que en España la matrícula de la carrera de Filosofía creció en un 25% en 2016.

Demanda empresarial

También, en el ámbito empresarial, la figura del filósofo está en auge. Muchos expertos señalan que el flechazo entre Silicon Valley y la filosofía no es algo nuevo. Hace más de un lustro que los gurús de la innovación lo descubrieron. En un mundo de máquinas, se vuelven más valiosas que nunca cualidades esencialmente humanas como la emoción, la ética, la estética, la creatividad o la empatía. Google, IBM, Microsoft y otras tecnológicas tomaron nota y comenzaron a incorporar filósofos para ayudar a sus ingenieros y programadores.