LIBROS QUE TODO PROFESOR DEBERÍA LEER
#LibroMagisterDeLaSemana
Castigar no es educar – Lorena García Vega
Los castigos son inútiles en la educación. El concepto de prohibir para demostrar quién manda aquí es aberrante
-Carlos González
Castigo, esta palabra es muy común en el vocabulario de los adultos y aún más cuando hablamos de educar. Pero, ¿por qué se castiga? El objetivo del castigo es conseguir obediencia, respeto y acatamiento de normas, pero no siempre es la mejor opción. Esto no quiere decir que no deban existir consecuencias por los malos actos, por eso hoy hablamos de disciplina positiva con Castigar no es Educar, de Lorena García Vega.
Castigar es una solución ‘‘rápida’’ ante situaciones que no sabemos cómo manejar de manera correcta. El castigo es una respuesta emocional e impulsiva del cerebro que va de la mano con la ira, la decepción, la rabia y el enfado.
Se tiene la falsa creencia de que con el castigo los jóvenes son capaces de aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo pero la verdad es que… ¿Se deja de hacer una conducta porque ha aprendido y razonado que su acción no está bien o solo por el medio a las represalias?
Esto por lo tanto no es aprender, es ser sumiso o imitar conductas ya que se adquiere miedo. En el libro, se plantean alternativas a los castigos y se hace referencia a las consecuencias lógicas, esto significa explicarle a los jóvenes que puede ocurrir si se lleva a cabo una acción determinada. Las consecuencias lógicas son positivas ya que llevan implícito experiencia y aprendizaje.
Si hay normas y consecuencias hay respeto. Manejar conflictos tiene que nacer desde el respeto, desde la comprensión y entender los sentimientos de los niños, ser empáticos a pesar de no estar de acuerdo.
Es necesario expresar amor y cariño, mostrar interés, escuchar más y hablar menos y sobre todo confiar que todas las situaciones por más difíciles que parezcan tienen solución.
Nota: Los datos presentados en este e-mail son previsiones orientativas basadas en las publicaciones y noticias realizadas por las consejerías de educación, gobierno, sindicatos, así como las plazas publicadas hasta el momento. Las convocatorias finales dependerán de las decisiones del gobierno y comunidades autónomas.
