Despertando la curiosidad en los niños

El deseo de aprender o descubrir cosas nuevas se relaciona con niveles más altos de entusiasmo, lo que puede reducir las probabilidades de trastornos mentales como la depresión. Muchos grandes descubrimientos de la humanidad surgieron de preguntas que exigían respuestas urgentes.

La curiosidad en los niños y en los adultos

A medida que envejecemos, la rutina puede disminuir esa curiosidad. En la vida adulta, la curiosidad puede surgir pero no con la misma intensidad que en la infancia. Estudios sugieren que los niños en edad preescolar hacen alrededor de 25 preguntas por hora, mostrando una constante búsqueda de conocimiento.

Los primeros años de vida se interpretan como un descubrimiento del mundo, las personas y las relaciones. Podríamos inferir que la curiosidad es innata en los niños, esencial para actividades como caminar o hablar a una edad temprana.

¿Cómo fomentar la curiosidad en los niños?

Se cree que un niño más curioso puede obtener mejores resultados educativos al tener más interés en aprender. La curiosidad se puede avivar con gestos simples. Experimentos muestran que un niño interactúa más con un objeto desconocido si un adulto muestra entusiasmo al descubrirlo.

Susan Engel, psicóloga del Williams College, investiga por qué los niños pierden interés en cierta edad. A los seis años, muchos niños muestran menos curiosidad. Engel afirma que los adultos no proporcionan los estímulos necesarios para mantenerla.